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UNA JORNADA A PEDIR DE BOCA

Cuando la semana pasada partíamos desde Canarias rumbo a Puertollano, en el avión comentaba con José Carlos el preparador físico, las cábalas que se podían dar en la jornada de hoy.

En mi mente, y supongo que en la de cualquier aficionado de la Unión Deportiva Puertollano, se ansiaba una victoria de los azules por la mañana, acompañada de un empate por la tarde entre los dos perseguidores: Racing de Ferrol y Talavera.

Lo que no entraba en los planes de nadie eran las derrotas de los tres primeros clasificados: Rayo, Pontevedra y Universidad Las Palmas. Bueno, conozco una persona que pensaba que si hoy el equipo conseguía la victoria, al final iba a entrar en la lucha por el tercer e incluso el segundo puesto. Esa persona no es otra que el mister del Puertollano, Pedro Sánchez de la Nieta (¡Que bueno que viniste!). Hoy tras la rueda de prensa nos recordaba como ayer, después del entrenamiento casi nos reíamos cuando nos comentó esa apreciación. ¡Que equivocados estábamos!, siempre hay que arrimarse a quién sabe de esto y Pedro sabe de esto un rato largo. (Aunque algunos opinen lo contrario, opiniones respetables como todas).

Claro está, que si los jugadores gallegos hubiesen tenido más fortuna de cara a puerta en la primera mitad (¡que torrija la de los azules!), y Rojas no hubiese demostrado de nuevo lo gran portero que es (antológica la parada a bocajarro en el primer tiempo), a lo mejor ahora estas líneas quedaban en agua de borrajas. Pero no, pasó lo que tenía que pasar. Se sufrió, como es habitual últimamente en casa (y fuera de ella), pero se ganó que era lo importante y lo que va a quedar en todas las hojas de periódico y en todos los reportajes de televisión. Se ganó porque los jugadores de este equipo no se rinden nunca. Se ganó porque supieron sobreponerse al vendaval de la primera mitad, e incluso al gol que les ponía por detrás en el marcador. Se ganó porque Andrés se volvió a reencontrar con el gol, porque a Fernando Esparza no le tembló el tobillo a la hora de lanzar el penalti que daba la vuelta al marcador y porque Borrell se estrenaba como goleador azul dando la puntilla a un equipo que, visto lo visto no merece que el club no le pague lo que les pertenece.

Ya salían contentos los jugadores del Sánchez Menor con los resultados de la mañana, pero quedaba la sorpresa final. El resultado que todos pensaban, pero que nadie se atrevía a decir muy alto para que no sucediera lo del “Cuento de la lechera”. A eso de las siete menos cinco de la tarde se llegaba al final del partido en Ferrol, y gallegos y manchegos empataban a uno. El número que faltaba en nuestro cartón para gritar ¡¡¡BINGO!!!.  Seis puntos de ventaja a falta de tan sólo doce es una distancia casi insalvable. Lo saben en Talavera, lo saben en Ferrol y lo saben en Puertollano, aunque aquí sean recatados y se cansen de decir que no está todo hecho, hasta que suceda….que sucederá.
Ahora el que está en el punto de mira de quinto y sexto, ya no son los industriales, ahora son los canarios del Uni, los que van a notar la presión de los perseguidores. Cuatro puntos separan la gloria de la decepción. Quedan cuatro partidos que se antojan de alta tensión para definir los seis primeros puestos. La semana que viene otro duelo en lo alto, Pontevedra-Rayo. El Puerto visita al colista. Si se consigue la victoria, ¿pensamos en otro empate entre los dos primeros de la tabla? Hagan sus apuestas.

No quiero cerrar esta columna sin mencionar los hechos acontecidos en Tribuna con algún que otro aficionado. Aficionados de los que se pasan el partido ¿animando al mister y jugadores locales?. Hoy, sus insultos han llegado demasiado lejos y miembros de la seguridad del Club y del estadio les han “invitado” a ocupar su verdadera localidad, ya que parece llevan toda la temporada ocupando localidades al lado del palco, cuando no les corresponden.

Está claro que cada uno puede tener su opinión respecto al juego del equipo, entrenador, jugadores o junta directiva, pero si queremos que esto llegue a buen puerto, deberíamos de remar todos en la misma dirección. Si es verdad que ya cansan los silbidos cuando el equipo va perdiendo, que se transforman en aplausos cuando remonta o va ganando. No creo yo que las cosas se estén haciendo tan mal, cuando el equipo en su primera temporada después de 20 años en la categoría, tenga todavía opciones incluso de alcanzar el liderato. Allá cada uno con sus pensamientos, pero hagan caso y rodéense de gente que sepa de esto, que a lo mejor al final acaban aprendiendo algo.